Soy Mustafa Yongacı. Mi encuentro con el café comenzó en 1968, cuando era niño, cautivado por el olor del café en la tienda de mi padre. La relación entre padre e hijo gradualmente se transformó en una relación de maestro-aprendiz, y con el tiempo, asumí la experiencia de mi padre. Hoy, aplico esta experiencia al Café Turco SAKI.

Cuando el café turco se tuesta, primero se vuelve amarillo y luego marrón claro debido al efecto del calor. A medida que el café sigue recibiendo calor, los carbohidratos y azúcares en su interior se caramelizan, creando sabores complejos. Por supuesto, en este punto, todos los sentidos del maestro tostador deben estar atentos. El cambio de color en el café, la intensidad de la llama, el color del humo que sale del café, el cambio en el aroma del café y el sonido del “primer crack”...

A medida que el calor se acumula dentro del café durante el tostado, emite un sonido de estallido similar al de las palomitas de maíz. El viaje que comienza con el calor lleva el café a diferentes sabores con este sonido hipnotizante que llamamos el primer crack.

Al final, cuando los granos verdes alcanzan su sabor, aroma, gusto y acidez óptimos, el proceso de tostado está completo.

Después del tostado, los cafés se dejan reposar durante una semana en silos de descanso. Molidos de una manera única al estilo del café turco y envasados, te llegan como el café turco más fresco tostado en América. Disfrútalo.